La pregunta ahora tal vez sea ¿dónde vamos a ir a parar con estos ejercicios?. Vistos desde fuera pueden parecer actividades de relleno. Pero nada más lejos de la realidad. Estamos preparando el camino para la lectoescritura desde el inicio de la escolaridad, ya que estos ejercicios se pueden variar y combinar desde el curso de 3 años e ir subiendo la periodicidad y dificultad en la percepción en el curso de 4 años (lectura perceptiva) para desembocar en la lectura y escritura propiamente dicha (lectura combinatoria) en el curso de 5 años.
Lectura perceptiva (4 años): Las actividades de las tarjetas hay que combinarlas con ejercicios de reconocimiento del nombre propio, del nombre de mis compañeros y de otras palabras diferentes al nombre propio. Gracias a la habilidad perceptiva que trabajamos continuamente en este proyecto los niños serán capaces de reconocer los nombres por su forma y recordarán el orden correcto de las letras para formarlo (o escribirlo). Y digo formarlo porque las tarjetas de dibujos y formas que hemos utilizado hasta ahora se convertirán en tarjetas de letras en mayúscula que también hay que desordenar (crear caos) y ordenar (establecer relaciones) al ritmo de la música, trabajando en grupo e introduciendo en el proyecto elementos motivadores como:
- El libro de los nombres
- El comeletras (personaje motivador)
- La caja de letras
- El rincón de las letras
- Las historias (actividad oral que acompaña al proceso escrito)
- La grafomotricidad, las cadenas gráficas y los adornos.
Todas estas actividades las iré describiendo poco a poco en el apartado 4 años para entender porqué son previas a las actividades con tarjetas que propondremos en el nivel de 5 años.
La lectura combinatoria (5 años): Si llegamos a este curso con niños acostumbrados a trabajar con las tarjetas, tendremos ante nosotros mentes hábiles, capaces de moverse entre el caos y el orden tanto físico (con el cambio de tarjetas) como intelectual (estableciendo relaciones para resolver las actividades).
Las actividades se trabajan primero con tarjetas de letras, después tarjetas de sílabas y finalmente tarjetas de palabras. Las letras se "ordenan" para formar sílabas. Las sílabas forman palabras y las palabras forman frases. Primero los niños necesitarán un referente de donde copiar, después harán las combinaciones de forma espontánea. La metodología es siempre la misma: trabajar en grupo para desordenar y ordenar una y otra vez, una y otra vez. Todo forma parte del mismo proceso. Las herramientas intelectuales que el niño pone en marcha se combinan con las habilidades sociales que necesita al trabajar en grupo.
Las frases que el niño está montando ahora, son "las historias" que está acostumbrado a montar de forma oral desde el curso de 4 años. Al final de 5 años el niño es capaz de representar gráficamente con los trazos de las letras lo que mentalmente ya sabe organizar de forma oral (sujeto+predicado). Está relacionando con juegos y desde el principio de las actividades con las tarjetas un significado con un significante (la base de la lectoescritura), la representación gráfica de lo que quiero decir.
Llegar hasta aquí no es tarea fácil. Para conseguir un resultado óptimo nos apoyamos en otros proyectos que también se van trabajando de forma paralela a las actividades con las tarjetas:
- El lenguaje oral (contar historias, organizar secuencias, reconocer sonidos, hacer rimas ...)
- La grafomotricidad (de la mayúscula a la minúscula)
Ambos proyectos (junto con las actividades con las tarjetas) son pilares en los que se construye el aprendizaje de la lectoescritura, por lo que merecen una explicación más detallada de su funcionamiento y aplicación a lo largo de los tres cursos de educación infantil.
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